martes, 13 de julio de 2010

BR: 15

Bad Romance.
Capítulo 15.

Thomas Evans estaba sentado en el sillón del enorme salón de la mansión de los Evans, tomando se una copa de brandy mientras fumaba un cigarrillo. En ese momento irrumpió en la estancia Andrew Turner, entró y saludó a su amigo con un apretón de manos, se sentó en el mismo sillón que su amigo, este le ofreció una copa de brandy.


-Tienes mala cara -dijo Andrew mirando a su amigo.- ¿Qué ha pasado?

Thomas miró a su amigo, no sabía por donde empezar, pero quería desahogarse con alguien, quería contarle a alguien su agonía, y Andrew era la persona indicada, ya que sabía que él a lo mejor le tendía una mano, le ayudaba a salir de aquel embrollo, quizás podía hablar con el Sr. Williams, ya que él era muy amigo de la familia. Thomas suspiró.

-Mi padre me va a obligar a casarme con Bridget Williams -soltó en voz baja para después beber el vaso de brandy de un sólo trago, más tarde le dió una calada a su cigarrillo.

-¿Y eso? -dijo en voz baja Andrew. Thomas miró a su amigo, Andrew tenía una expresión seria, pálida, Thomas no comprendía como estaba tan serio y tan rígido.

-Mi padre... ha echo un acuerto con el de ella, ya sabes, por convenienza, por dinero... y ahora no sé que hacer.. porque yo, estoy enamorado de otra mujer, y parece que mi padre no lo quiere entender -dijo mirando su vaso y volviéndolo a llenar de brandy para después volver a beber.

-¿Y qué vas a hacer? -dijo Andrew después de un rato.

-No lo sé, -dijo Thomas en un suspiro- hablaré con ella, además creo que ella está enamorada de otro hombre, pero no sé exactamente.. y también me da igual, yo no voy a casarme con ella Andrew, y me da igual lo que me diga mi padre, y lo que piensen de mí, no pienso arruinar mi vida, al lado de una mujer que no quiero.

Andrew le miró con seriedad.

-Tienes razón, -dijo anonadado mirando para la nada.

-Esta tarde tendré que ir a casa de los Williams, para hablar con ella y hacer el papel de "prometidos", aprovecharé esta tarde para poder hablar con ella dijo mirando a su amigo.

-¿Vas a ir sólo? -le preguntó Andrew dandole un trago a su copa de brandy.

-No... -dijo Thomas- Cedric me dijo que vendría conmigo, le dije que no hacía falta pero insistió mucho, nosé exactamente porqué -dijo Thomas encojiéndose de hombros.

En ese momento Andrew se levantó y miró a su amigo.

-Tengo que irme, -dijo este absorto en sus pensamientos- nos veremos en la fiesta de los Williams entonces, ¿no? -dijo mirando a su amigo con seriedad.

-Ehh, sí, vale -dijo Thomas frunciendo el ceño. Andrew se marchó sin decir nada.

Thomas no entendía este comportamiento de Andrew normalmente, cuando tenían algún problema este siempre le hablaba le daba consejos ánimos, sin embargo ahora, ahora se había quedado callado, como si le doliera, como si el problema lo tubiera él.

Cedric Evans entró en el gran salón y se acercó a su hermano.

-¿Cómo esque Andrew se ha ido así?, ¿ha pasado algo? -dijo Cedric sentándose al lado de su hermano. Thomas se encogió de hombros. -Esque lo he visto salir de aquí y me ha visto y nisiquiera me ha saludado, algo estraño en él.

-Yo tampoco sé que le pasa, fue contarle lo del compromiso mío con Bridget Williams y se puso tenso y, pálido... -dijo Thomas levantándose y acercándose a la mesa en la que había un periódico.

-¿Le has contado lo de Bridget? -dijo este abriendo la boca sorprendido.

Thomas no contestó, ya que estaba horrorizado por uno de los titulares de el periódico que tenía entre las manos. "THOMAS EVANS Y BRIDGET WILLIAMS, ¿COMPROMETIDOS?".

Cedric se acercó a su hermano y lo leyó, puso mala cara.

-¿Crees que Cecilia se habrá enterado? -preguntó su hermano.

-No lo sé, pero ahora sí que tengo que ir a verla, y me da igual lo que papá haga... -dijo cogiéndo el periódico y tirándolo a la basura.

BR: 14

Bad Romance.
Capítulo 14.

Bridget Williams no podía dejar de llorar, había recibido la peor noticia que podían haberle dicho, tras haber tenido una larga e intensa charla con su padre, ella estaba ahora tendida sobre la cama de su cuarto llorando desconsoladamente. Has ta que su hermana entró en el cuarto Anna se sentó a su lado de la cama, y le empezó a acaricial el cabello.


-Brid... -dijo en un susurro. Esta no paraba de sollozar descontrolada.

Estubieron así como quince minutos, las dos calladas. Hasta que finalmente Bridget levantó la cara y miró a su hermana, Anna le abrazó con fuerza.

-¿Que ha pasado? -le preguntó Anna agarrando a su hermana de la mano. Bridget cogió aire.

-Papá... me ha dicho que ha llegado a un acuerdo con el Sr. Evans, y... quiere que me case con Thomas Evans -dijo sollozando. Anna volvió a abrazar a su hermana con fuerza. -¿Crees que ase habrá enterado? -dijo Bridget, Anna le miró confusa- de lo de Andrew...

-No.. -dijo Anna, no creo que sea eso.- Pero supongo que sí del romance de su hijo.

Bridget frunció el ceño sin entender.

-¿Romance? -repitió confusa.

-Sí.. -dijo Anna- el otro día en la ópera, te estaba buscando.. y vi como Thomas se marchaba en un carruaje, Cedric era el que le cubría las espaldas, después Cedric me dijo que tenía una historia de amor... pero no me dió más detalles -dijo Anna mirando a su hermana con sorpresa.

Bridget frunció el ceño, lo que Anna decía tenía sentido. ¿Y si el Sr. Evans había descubierto el romance de su hijo y ahora quería casarla con ella para tapar ese romance?. Tenía sentido. Pero ahora ella no se podía parar a pensar en los problemas de Thomas Evans, tenía que pararse a pensar en los suyos propios, ya que no sabía que hacer ahora.

Tenía que contarle a Andrew lo que pasaba, lo del matrimonio. Pero sabía que le haría daño, no sabía como Andrew podría reaccionar, ya que Thomas era un de sus mejores amigos. Además... ¿cuando encontraría el momento para hablar con él?. Su familia celebraría una fiesta la semana que viene, pero.. para entonces ya se habrá enterado, ya que la fiesta es de echo por el motivo del compromiso. Un escalofrío recorrió el cuerpo de Bridget. Compromiso. Siempre había pensado en esa palabra, pero no con Thomas Evans, sino con Andrew Turner, y si era verdad que Thomas tenía un romance, ¿por qué no hablar con él?, pronto debería venir a verla, antes de la fiesta.

Bridget pensó que si Thomas tenía un romance, le haría la misma gracia que a ella eso del compromiso, así que hablaría con él, le confesaría lo de Andrew, que lo amaba. Y a lo mejor... así el le contaría su historia. Y a lo mejor hallaban una solución juntos. Aunque, ¿cúal?.

-Anna... creo que ya sé lo que puedo hacer.. -dijo Bridget en un susurro.

-¿Qué? -le miró su hermana sorprendida.

-Tengo que hablar con Thomas, él tampoco querrá casarse conmigo, a lo mejor si le cuento lo de Andrew pues... hayamos una solución juntos, para que él pueda estar con quien quiere y yo también, a lo mejor hayamos una solución, una salida.. para que nos libremos del altar -dijo Bridget mirándo a su hermana.

-Ya... pero...¿y Andrew? -dijo Anna- ¿crees que sabe algo?

-No.. no creo que lo sepa.. pero, no puedo imaginarme como reaccionará -dijo Bridget en un susurro.

-Normal.. pobre, además, Thomas es uno de sus mejores amigos, según tengo entendido, ¿no? -dijo Anna mirándole. Bridget asintió con la cabeza. En ese momento su madre entró en el cuarto.

-Mañana vendrán los hermanos Evans por la mañana -dijo Agnès mirando a sus hijas. -Cedric vendrá para acompañar a su hermano así que Anna espero que seas amable con él.

Anna sonrió y asintió. Bridget sonrió y le dió un codazo amistoso. Después de esto su madre se marchó cerrando la puerta.

-Que bien te viene que estea comprometida con Thomas Evans -dijo Bridget con una sonrisa. Anna le devolvió la sonrisa. Se sentía llena de felicidad, llevaba días sin ver a Cedric, y la verdad esque se moría de ganas por volver a verlo.

lunes, 12 de julio de 2010

BR: 12

Bad Romance.
Capítulo 12.

Thomas Evans, llevaba encerrado en su casa más de una semana, sin poder salir, tal y como su padre le había dicho, pudo haber salido a escondidas de la casa con la ayuda de su hermano, pero prefirió no hacerlo para evitarse problemas a él mismo y a Cedric. Así que Thomas le escribió una carta a Cecilia -Cedric se la entregó- explicándole lo que había pasado y diciéndole que encuanto pudiera iría a verla. También que se moría de ganas por verla, y por volver a pasar otra noche con ella a su lado, y lo mucho que la quería.


Ahora teía que aguantarse, tenía que esperar a que su padre no le tubiera echado tanto el ojo encima, esperar quizás una semana más y después volver a disfrutar de su libertad y estar con Cecilia, tanto como deseaba cada hora de las que pasaba encerrado en su cuarto. Sabía cual sería el precio que tendría que pagar para estar con Cecilia, pero él no sería tan estúpido de cometer el error de la última vez, ahora se iría con ella, lejos a dónde ela quisiera, había llegado a la conclusión de que si no era feliz con ella no lo sería con nadie más.

Thomas estaba en su cuarto sentado en el sofá al laldo de la chimenea, con la bata y el pijama puesto todavía, tenía un aspecto desaliñado, el pelo más alborotado de lo normal, una barba de dos o tres días más o menos y ahora estaba fumando un cigarrillo concentrándose en el reloj de encima de la chimenea, como siempre.

En ese momento interrumpió su silencio su padre, Richard entró en silencio y sigilosamente sin hacer ruido, Thomas le miró, ¿le vendría a levantar el castigo?.

-Tengo que hablar contigo -dijo Richard Evans mirando con seriedad a su hijo.

Thomas se levantó del sillón y miró a su padre a los ojos.

-Tú dirás -dijo Thomas con indiferencia.

-He hablado con Bruce Williams -dijo mirándo a su hijo, este alzó una ceja sin entender.- Hemos llegado a un acuerdo muy interesante. Los Evans y Los Williams somos unas de las familias más influyentes de New York -dijo mirándo a su hijo. Thomas alzó una ceja, ¿porqué le cintaba esto? pero asintió para que siguiera hablando.- Entonces hemos decidido que sería muy interesante que se casaran dos personas de ambas familias para hacernos más fuertes, más dinero, más fama, ya sábes... Así que Bruce y yo hemos decidido que tú y Bridget, la hija mayor de los Williams os casaréis en breve, ya que Bridget no tiene ningún compromiso, y tú bueno... así nos ahorramos el problema de la muchacha esta.

Thomas se quedó de piedra, se quedó helado, ¿su padre iba a obligar a casarse con Bridget Williams?. Thomas miró a su padre con rabia apretando los puños.

-Ni... lo sueñes -dijo con rabia mirándolo.

-Ya creo que sí hijo, vuestro compromiso ya está anunciado en los periódicos, y vuestro compromiso será echo oficial en la fiesta de disfraces que darán los Williams la próxima semana -dijo su padre con una sonrisa en los labios.- Más te vale no intentar hacer nada Thomas, porque si intentas librarte de esto, acabarás tirado en la calle, ya lo sábes. -Su padre se marchó. Thomas le dió un golpe a la puerta después de que se fuera.

¿Qué haría ahora?, estaba claro que su padre ya se había comprometido con el Sr.Williams, y si le hacían un desplante a los Williams, su familia se iría al traste. ¿Qué haría?, definitivamente fue a pedirle ayuda a la única persona que sabía que tenía esperiencia en estas cosas. Andrew Turner.

BR: 11

Bad Romance.
Capítulo 11.

La noche había desaparecido y el sol había inundado la habitación nº5 de la Calle dieciséis Este. Thomas Evans se había despertado, no debía de haber pasado la noche allí, pero lo hizo y no se arrepentía de ello. Además todavía era muy temprano, su familia no se despertaba tan temprano y si alguien del servicio entraba y no le veía no diría nada. Pero tenía que marcharse, por mucho que deseara quedarse allí, con Cecilia, debía marcharse.


Cecilia estaba dormida, y Thomas no quería despertarla, así que le escribió una nota antes de marcharse y la dejó junto a ella en la almohada.

Por mucho que deseara quedarme tenía que marcharme.
Volveré tan pronto como pueda. Te lo prometo.

Finalmente Thomas se marchó, muy a su pesar, aunque intentaría volver en un par de días, quizás cuando su familia estubiera durmiendo podría hacer como aquella misma noche, se marcharía a escondidas por la cocina, es más quería hacerlo, todo aquello lo recompensaba cuando veía a Cecilia. Como aquella misma noche, aquella noche había sido, quizás una de las mejores de su vida, nunca había recibido tanto amor como el que le habían dado aquella noche y sabía que ese amor sólo se lo podía dar Cecilia.

Cuando llegó a casa entró por la puerta de la cocina, por su suerte no había nadie, no se habían levantado todavía así que subió las escaleras sin hacer ruido hasta llegar a su cuarto. Pero maldijo para sus adentros cuando vió a su padre, Richard Evans, sentado en el sillón que estaba al lado de la chimenea. Thomas miró el pasillo y su mirada fue hacia la habitación de su hermana pequeña Daisy la cúal estaba asomada en la puerta con una sonrisa. Maldita mocosa, pensó Thomas para sus adentros, ¡lo había estropeado todo!, ¿ahora cómo se escusaría delante de su padre?. Entró en la habitación y cerró la puerta, se quitó la chaqueta que llevaba puesta y la dejó encima de la cama. Su padre le seguía mirando desde el asiento, y no le miraba con cara de bueno amigos precisamente, más bien tenía cara de pitbull.

-No volverás a verla -dijo Richard Evans finalmente. Thomas le miró apretando la mandíbula.

-¿Por qué? -dijo este mirando a su padre. -¿Qué tiene de malo?

-Tiene mucho -dijo su padre levantándose- para empezar es la hija de el personal de servicio de esta casa, después, no sería nada favorable para reputación y mancharías el nombre de esta familia y por último eso estropearía mi imagen como alcalde.

Thomas apretó los puños, no podía creer que le estubiera prohibiendo algo.

-Y eso.. ¿quién te lo a dicho?, ¿te lo ha dicho Daisy?, ¡esa niña de quince años!, ¡que sabrá ella!, ¡que sabrás tú papá!, apostaría que mamá no piensa lo mismo -dijo Thomas mirándole.

-Sábes que tu madre no va a opinar sobre esto. -Thomas siguió apretando los puños con rabia. Su padre siguió hablando.- Por el momento no saldrás de casa, y ya se me ocurrirá algo para que no vuelvas a juntarte con esa muchacha -dijo finalmente su padre marchándose y cerrando la puerta de un portazo. Cuando su padre se fue Thomas le dió un puñetazo de rabia a la puerta de su armario, por suerte no se hizo daño. Thomas se quedó allí maldiciendo a su reputación, a las clases sociales, a su familia y sobre todo a su hermana menor Daisy.

sábado, 10 de julio de 2010

BR: 10

Bad Romance.
Capítulo 10.

Thomas Evans, se sentía feliz, más que feliz al haberse librado de la representación de teatro de Romeo y Julieta, se sentía feliz de que sus padres se hubieran tragado que se sentía indispuesto y que se iba a casa. Pero una parte de la mentira era verdad, ya que iba a ir a casa no sería tan tonto de decirle al cochero que lo llevara a otro lugar sabiendo que el cochero después volvería de nuevo a buscar a su familia. Así que tenía pensado ir a casa y meterse en su cuarto, cambiarse de ropa, para ir al menos más informal y no con aquel smoking que llevaba puesto, salir por la puerta de la cocina e ir caminando hasta la Calle Dieciséis Este, que era donde vivía Cecilia.


Llegó a la mansión antes de lo que pensaba, entró haciéndose un poco el maulítico y después se metió en su cuarto sin hacer ruido, ya que tenía que tener cuidado con su hermana menor, Daisy que estaba en la casa. Al estar dentro de su cuarto se cambió su smoking por un pantalon negro informal y una chaqueta del mismo color, cuando terminó miró su reloj, eran las once de la noche, nisiquiera era medianoche y eso era bueno, ya que cuanto menos tiempo perdía, más podía pasar con Cecilia. Cuando salió de su cuarto se acordó del beso que se había dando con Cecilia en la biblioteca hacía dos días, y también de los libros que ella había cogido y que finalmente había dejado allí, así que se acercó con sigilo hacia la biblioteca y entró, encontró los libros con facilidad, encima de la mesa donde ella los había dejado, así que los cogió, se los llevaría.

Salió por la puerta de la cocina sin problema la casa estaba en silencio absoluto y todo el mundo estaba durmiendo para su suerte. Fue caminando tranquilamente, ya que la casa de Cecilia no se encontraba muy lejos de su casa. Cuando llegó vió que era una casa compartida, ella vivía en el piso de arriba, y abajo vivía otra persona, así que subió las escaleras y petó con los nudillos en la puerta. También pudo escuchar los pasos de Cecilia acercándose a la puerta, cuando Cecilia abrió la puerta y le miró de inmediato un enorme rubor corrió por sus mejillas, Thomas no pudo evitar que la sonrisa se estendiera por su rostro. Cecilia llevaba puesto una bata de seda que le llegaba hasta las rodillas, iba descalza.

-¿Estabas dormida? -le preguntó Thomas desde la puerta. Cecilia le miró todavía con las mejillas ruborizadas.

-No.. estaba.. estaba leyendo -dijo con timidez. Cecilia se apartó de la puerta para que Thomas pudiera pasar. Thomas entró y cerró la puerta sin hacer ruido. Le tendió los libros a Cecilia, esta los recogió- Oh, gracias -dijo mirando los libros y poniéndolos sobre la mesa.

Thomas observó la habitación, tenía un dormitorio, un cuarto de baño y un pequeño salón, la verdad esque no estaba nada mal. Cuando volvió la mirada hacia Cecilia, esta le miraba perplejo y sin comprender. Finalmente habló.

-No te preocupes, -dijo Thomas mirándola- Daisy no va a decir nada, por la cuenta que le trae.

Cecilia suspiró aliviada, Thomas se rió.

-Pensaba que me venías a decir que tenía que marcharme del país o algo así -dijo Cecilia ahora más tranquila. Después miró a Thomas de nuevo. - Pero.. no has venido aquí, sólo para eso ¿me equivoco? -dijo después. Thomas la miró y sonrió, y se acercó a ella un poco.

-No, no te equivocas, también, he venido a hablarte de lo que pasó el otro día, en la biblioteca, antes de que llegara Daisy -dijo acercándose más a Cecilia.

-Si me vienes a decir que lo olvide y todo eso, no te preocupes, no ha pasado nada y ya está -dijo Cecilia mirándole y después sentándose en la cama para retomar el libro que estaba leyendo.

Thomas frunció el ceño, y la miró perplejo. Después suspiró y se acercó a ella sentándose a su lado en la cama. Cecilia cerró el libro y le miró.

-No venía a decirte eso -dijo Thomas mirándola- lo que te dije el otro día en la biblioteca.. no era mentira, y sé que a lo mejor te costará creerlo, pero... te quiero, a pesar de todo lo que te dije en el pasado.

Cecilia le miró a los ojos pensativa, nunca había podido olvidar lo que Thomas le había dicho hacía tres años, el desprecio que había mostrado hacia ella, pero ahora veía en sus ojos que no mentía, veía que decía la verdad.

-Y sé... -dijo Thomas continuando su discurso- sé que a lo mejor no me vas a poder perdonar pero... te quiero de verdad, Ceci -dijo en un susurro.

Cecilia le miró sorprendida y sin pensarlo dos veces, le abrazó con fuerza.

-Mira que eres tonto... -le dijo Cecilia mirándole con una sonrisa- nunca te he guardado rencord por nada, a pesar de todo lo que me dijiste.

Thomas le miró con seriedad y puso su mano sobre una de sus mejillas.

-No sabes como me arrepiento de esas palabras -susurró. Cecilia le miró y le besó, no quería recordar el pasado, un pasado en el que lo había pasado muy mal, ahora sólo lo que le importaba era que Thomas estaba con ella, y que la quería, y ella también lo quería más que nada. Y ambos tenían una noche por delante.

viernes, 9 de julio de 2010

BR: 9

Bad Romance.
Capítulo 9.

Anna Williams caminaba por los pasillos del Gran Teatro de Nueva York, su madre la había mandado a buscar a su hermana que llevaba un buen rato desaparecida. Anna no la encontraba y se estaba empezando a cansar de buscarla. Aunque la verdad, ella prefería estar buscando a su hermana que escuchar las absurdas conversaciones de su madre y sus amigas.


Así que al menos se divertía mientras paseaba por los pasillos del enorme teatro. Hasta que de pronto se encontró con la persona en la que había estado pensando toda la noche. Cedric Evans estaba en la gran puerta del teatro conversando con su hermano, que Anna pudo apreciar que se marchaba en un carruaje. Una vez que su hermano se marchó Cedric dió la vuelta y miró a Anna sorprendido parándose en cada detalle; Anna llevaba puesto un vestido rosado que se ceñía a su cintura, su pelo castaño estaba suelo y bajaba en cascada sobre sus hombros. Cedric la miró todavía enbobado por lo hermosa que estaba Anna aquella noche y le sonrió, se acercó a ella mirando a su alrededor, por suerte no había nadie ya que la representación estaba a punto de empezar de nuevo.

-¿Qué haces aquí sola? -le preguntó Cedric a Anna con una sonrisa.

-Nada que te interese, o esque.. ¿soy demasiado pequeña para estar aquí? -dijo Anna alzando una ceja. Cedric sonrió y la miró con curiosidad de arriba abajo, miró a sus enormes ojos verdes que resaltaban en su cara redonda y agradable. -¿Por qué se fue tu hermano?

-No se encontraba bien -dijo Cedric con seriedad. Anna frunció el ceño, algo le ocultaba. Anna sonrió.

-Ya.. no se encontraba bien, no me lo trago -dijo con una sonrisa. Cedric se la devolvió, miró a su alrededor, para comprobar que no había nadie, y agarró de la mano a Anna llevándosela dentro de una habitación que había allí. Anna observó la habitación, era un cuarto casi oscuro, donde al fondo se veían productos de limpieza, escobas etc..- ¿Se puede saber que haces? -dijo Anna mirándo a Cedric con una sonrisa. En ese momento Anna pudo observar como Cedric la observababa, parecía que se la comía con la mirada y eso a Anna no le pudo gustar más.

-¿Por qué eres tan cotilla? -dijo Cedric, contestándole con una sonrisa.

-Yo no tengo la culpa de mientas fatal -dijo Anna mordiéndose el labio. - Y tendrás que darme una buena razón para que no diga nada de lo que acabo de ver -dijo Anna sonriéndo y guiñándole un ojo a Cedric, Anna no iba a decir nada, era sólo para ver lo que le decía Cedric.

-Pues... destruirías una bonita historia de amor -dijo Cedric acercándose a Anna. El corazón de Anna empezó a latir con fuerza a medida que Cedric se acercaba más.

-¿Tu hermano tiene una historia de amor? -dijo Anna mirando a Cedric sorprendida. Cedric sonrió y se acercó tanto que podría oler el dulce aroma que desprendía el cuerpo de Anna, gel de baño y colonia de mujer.

-Saca tú tus propias conclusiones si eres tan lista -dijo Cedric con una sonrisa. Anna se mordía el labio con tanta fuerza que parecía que iba a hacerse una herida en él. Se quedaron en silencio obserbándose y sin decir nada, hasta que Cedric se inclinó y la besó con suavidad, el beso duró apenas unos segundos, ya que escucharon el ruido de una puerta a lo lejos.

Anna miró a Cedric a los ojos por última vez y salió de la oscura habitación sin decir nada. Cuando salió de allí vió a su hermana que se dirigía hacia su palco, detrás de ella estaba Andrew Turner.

-¡Brid! -dijo Anna.

-¿Andrew? -dijo Cedric detrás de esta. Ambos se volvieron, los cuatro se miraron con caras estrañas, finalmente Anna se acercó a su hermana y la cogió del brazo.

-Llevo buscándote durante un montón de tiempo, mamá se va a poner histérica -dijo mientras caminaba hacia su palco.

Andrew y Cedric se quedaron parados mirando como se marchaban, después Cedric miró a Andrew con el ceño fruncido.

-¿Qué hacías tú con Bridget Williams? -dijo Cedric, Andrew le miró.

-¿Qué hacías tú con Anna Williams? -dijo Andrew. Los dos sonrieron finalmente Cedric dijo:

-Yo no digo nada si tú no dices nada -Andrew le miró y se estrecharon la mano.

-De acuerdo -dijo Andrew al final.

Finalmente ambos se fueron a sus respectivos palcos para ver como terminaba la representación.

jueves, 8 de julio de 2010

BR: 8

Bad Romance.
Capítulo 8.

Podré ir este miércoles al estreno de "Romeo y Julieta" en la ópera. Te espero donde siempre en el entreacto.
A.T


La representación de la obra había empezado y Bridget Williams ya estaba deseando que llegara el primer descanso. Pero para eso todavía quedaba media hora, mientras tanto se entretenía mirando con los prismáticos los palcos que estaban a su alrdedor para ver si veía a Andrew, y no tardó mucho en encontrarle ya que estaba unos cuandos palcos más allá de el de ella, iba acompañado de su padre, y miraba con bastante atención la representación.

Cindy Doyle apareció al lado de Bridget y se sentó a su lado.

-¿A que no sábes a quien acabo de ver? -le dijo Cindy en un susurro a su amiga.

-Sorpréndeme -le contestó Bridget sonriendo.

-A Cedric Evans -dijo Cindy con una sonrisa- lo malo esque no me vió, pero lo buscaré en el entreacto -dijo con una sonrisa.

Así pasaron aquella media hora chismorreando más que viendo la representación, Cindy le había contado a su amiga lo que había pasado con Cedric en la fiesta de Los Evans, para Cindy esto era casi una confirmación de que Cedric le pediría matrimonio. Pero, lo que esta no sabía esque ahora mismo, era otra mujer la que rondaba por la cabeza de Cedric Evans.

El tan deseado entreacto llegó, y Bridget no pudo esperar más, así que se disculpó delante de su madre y su hermana diciéndoles que se retiraba a ir al tocador. Lo cual no mintió del todo ya que efectivamente fue al tocador para arreglarse su vestido ya que estaba un poco arrugado de haber estado sentada tanto tiempo. Bridget llevaba un vestido color pastel con los hombros descubiertos, que hacía que se viera su largo y atractivo cuello.

Bridget fue caminando tranquilamente por los pasillos del enorme teatro para que no se le viera nerviosa, aunque en realidad su corazón iba a mil por hora. Entonces, sigilosamente y sin que nadie le viera, entró en la puerta de personal, y una oleada de felicidad inundó el cuerpo de Bridget al ver a Andrew apoyado en la pared, esperándola, esperándola a ella.

Andrew llevaba puesto como era de costumbre, un smoking negro que hacía que su figura fuera más alta y delgada, lo cual a Bridget le encantaba. Andrew la miró y una sonrisa se estendió por su rostro al verla.

Andrew se acercó a ella y la abrazó con fuerza, hundiendo la cabeza en su cuello.

-Has venido pronto -dijo con una sonrisa contra su cuello. Bridget sonrió.

-He estado durante toda la representación deseando que llegara este momento -dijo sonriendo. Andrew la miró a los ojos, Bridget pudo percibir un brillo especial en los ojos de Andrew. Este la besó con entusiasmo, durante un rato largo. Cuando el beso terminó los ojos de Bridget brillaban. Bridget sonrió y se dispuso a decir la frase que llevaba toda la semana ensayando:

-Me preguntaba, Sr. Turner cuando podría tener el placer de volver a disfrutrar otra noche con usted en la casa del jardinero -dijo con una sonrisa. Andrew se la devolvió y la atrajo más hacia sí agarrándola por la cintura.

-Cuando usted guste Srta. Williams -dijo Andrew. Ambos se sonrieron y se volvieron a besar. Ambos sabían que pronto iban a dejar de esconderse, ambos pensaban lo mismo, les daba igual lo que la alta sociedad dijera o la gente pensara, ellos se querían, y eso les llegaba.